Desde el Mercado de la Esperanza otra vez, os presentamos este cuadro costumbrista de la pescadería. Nacho hace un descanso tras haber presentado su elenco de pescados y deliciosos frutos del mar.
Todos los pescados aparecen descansando sobre una cama de hielo que invita a comprarlos y a disfrutar de un producto de máxima calidad que con cariño y paciencia dará lugar a un exquisito plato. Los plateados brillos de la piel de los pescados se tornan en azules e invaden todo el óleo.
La personalidad del pescadero se refleja en su habitual postura de placida espera y de convencimiento de un producto y un trabajo bien hecho.
La disposición de los ejemplares por familias, tamaños y combinación de colores para él es algo natural, por eso pueden inspirar una obra de arte que es una constante de la pintura que trata de sacar belleza de la prosa de la vida.
Espero que lo disfrutéis.